Palabras que se entienden
"Puede que me preguntéis: "Pero, ¿Dios,
existe?' Y si existe: ¿Se ocupa realmente de nosotros?, ¿Podemos llegar hasta
Él?". Es verdad: No podemos poner a Dios sobre la mesa, ni tocarlo como un
utensilio o tenerlo en la mano como cualquier objeto. Debemos desarrollar de
nuevo la capacidad de percibir a Dios; una capacidad que poseemos. Podemos
intuir algo de la grandeza de Dios en la grandeza del cosmos. Podemos utilizar
el mundo a través de la técnica porque está construido de manera racional. En
la gran racionalidad del mundo podemos intuir el espÃritu creador del que
proviene y, en la belleza de la creación, podemos intuir algo de la belleza, de
la grandeza y también de la bondad de Dios. En la Palabra de la Sagrada
Escritura podemos escuchar palabras de
vida eterna que no proceden solamente de los seres humanos, sino de Él, y en ellas resuena su voz. Y
también, finalmente, vemos casi a Dios en el encuentro con las personas tocadas
por Él. No pienso solamente en los grandes: de Pablo a Francisco de AsÃs, hasta la Madre Teresa; pienso en tantas
personas sencillas de las que no habla
nadie. Y, sin embargo, cuando las encontramos, sentimos que de ellas promana
algo de bondad, de sinceridad, alegrÃa, y sabemos que ahà está Dios y que Él
también nos toca. Por eso, en estos dÃas queremos comprometernos en volver a
ver a Dios, para volver a ser personas a través de las cuales irradie en el mundo la luz de la esperanza,
que es luz que viene de Dios y que nos ayuda a vivir".
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