un detalle dulce

Hace dos días estaba en el confesionario leyendo los últimos ejercicios espirituales que dictó Pablo Domínguez antes de su ascensión al Moncayo... Estaba comentando cómo perdemos muy fácilmente la capacidad de asombrarnos porque Dios se hace presente cada día y no caemos en la cuenta...

Contó una anécdota. Llegó un niño, con cara de no querer mucho lío y Pablo pensó que ofreciéndole un caramelo se lo ganaría... Total, que le presentó una bolsa grande de caramelos y le dijo: "toma uno". Entonces la madre le dijo al niño: ¿qué se dice...? (lo pongo en cursiva para que le deis el tonillo típico en tal circunstancia...)Y el niño contestó: "Tacaño" porque se pensaba que iba a recibir la bolsa entera...

La cuestión es que exploté a reir en el confesionario y me tuve que cortar porque la Misa ya habia empezado... Luego, he recordado que en la Parroquia de San Juan de Ávila de Alicante, donde pasé un curso de pastoral mientras hacía 1º de teología junto a D.Vicente López, pude experimentar las bondades de este dulce "recurso pastoral".

Lo mejor de todo es la lección que se llevó Pablo y la lección que nos da: los niños tienen capacidad de asombrarse y de asombrar a los "mayores". Ójalá sigamos la enseñanza del Señor: "sed como niños y vuestro será el Reino de los cielos".

Ah!!!!! Por cierto.... Quedan 18 días para la JMJ...

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