Los días previos a la Navidad son siempre muy ajetreados: los últimos preparativos o los preparativos a última hora... Yo me pido los segundos... siempre a última hora: "pa'que las prisas..." Sin embargo, son días para serenarnos y contemplar el Amor de Dios que viene a nosotros, a tí y a mí; por ser tú, por ser yo... sin más...


Son días que nos remueven el corazón porque nos acordamos de las personas que ya no están con nosotros y lo que debe ser una alegría pues se tiñe de lágrimas... qué paradoja... Me resisto a vivir así la Navidad porque la presencia de Dios ha de ser más nítida y su mensaje de esperanza en el reencuentro en Dios (nada más y nada menos) con aquellos que se fueron antes con Él, también se hace presente, real, aquí y ahora... Cuánta FE nos hace falta... y la tenemos en el interior de nuestro corazón... sólo hay que espabilarla... como las lumbres en las chimeneas de nuestros hogares... Que estos días sean días de encuentros alegres y llenos de fe.

Feliz Navidad

P.D. A los Reyes Magos: Que nos traigan mucha fe, "kilos" de Fe, Esperanza y Caridad
P.D.2 La felicitación es la que envió Benedicto XVI el año pasado...

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