Los tres deseos del Papa para la Navidad
Benedicto XVI |
Mi
primer deseo es, por lo tanto, que nuestra mirada, la de la mente y la del
corazón, no se detenga solamente en el horizonte de este mundo, en las cosas
materiales, sino que sea de alguna forma como este árbol, que tienda hacia
arriba, que se dirija a Dios. Dios nunca nos olvida, pero también nos pide que
no nos olvidemos de Él". "El Evangelio narra que en la noche santa de
Navidad una luz envolvió a los pastores, anunciándoles una gran alegría: el
nacimiento de Jesús, de Aquel que nos trajo la luz, más aún, de Aquel que es la
luz verdadera que ilumina a todos. El gran árbol que encenderé dentro de poco
(...) iluminará con su luz la oscuridad de la noche"
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